Este no es un libro escrito para buscar aplausos, ni para adornar estanterías. Nació de preguntas incómodas que no podían seguir encerradas. Preguntas sobre el ser humano, su cobardía disfrazada de normalidad, su entrega voluntaria a la comodidad del rebaño y su renuncia al vértigo de la libertad. No pretende convencer a nadie, solo dejar constancia de que, en este tiempo de máscaras, hubo al menos una voz que se negó a aceptar el guión impuesto. Una voz que no llamó progreso a la decadencia envuelta en pantallas y consignas huecas. Si estas páginas sobreviven, que sean como una pequeña hoguera encendida en la mitad de la noche. Para quien venga después... y para quien todavía, aunque en silencio, se hace preguntas.